Vidas señeras
Ellos unidos sin amor,
con sus años cansados,
se creyeron mejores
y eran ¡Pobres!
dos desesperados.
No comunicación a diario.
No besos de amor continuados.
Sólo una cómoda rutina
que no satisfacía
a sus almas dormidas,
a sus ilusiones del día a día.
En sus errores quedan
unidos sin ser enamorados
por no tomar caminos separados
Resta envejecer muy pronto
en la frustración y el dolor,
dedicar el tiempo al odio sin perdón.
Encadenados por opción
al mutuo miedo sin razón,
mutismo cerrado y acusador,
vivo infierno creado en el vació
mísero que les ha hundido
en el sólo triste acompañado.
Ellos unidos sin amor,
con sus años cansados,
se creyeron mejores
y eran ¡Pobres!
dos desesperados.
Autora: María Cruz Pérez Moreno