Si podemos
Podemos terminar con la corrupción,
todos unidos en el largo y espinoso camino.
Miedo, tienen miedo del pueblo avasallado,
que recrimina su egoísmo y avaricia sin fin,
cansados de tantos abusos infringidos con malicia.
Enriquecidos con el hambre del pobre,
golpes de pecho de honradez, hipócritas.
Sentiréis la sangre del mendigo correr por
vuestras roñosas e impropias venas,
sumadas y selladas sin remisión ni pena
en las de vuestros hijos, nietos, ralea,
mala calaña alimentada en el poderío,
la maldad, la superioridad vendida, dada,
que ingenuos hemos alimentado, creído.
Podemos relegarlos al olvido, no existir,
pagarles con moneda de burdo valor,
dejarles en la penuria, en la vil miseria,
donde regocijados con sus necias mentiras,
no encuentren sustento ni mano amiga,
lloren, imploren por su hacienda, casa,
como tantos lo hacen con dolor a diario.
Inconmovibles los desterramos al cieno,
donde vivir, mal subsistir, de hambre morir.
Podemos gritar el descontento desaforados,
mandarlos al oscuro abismo del mísero,
mugriento, malnacido espectro del miedo,
terror, pavor, descontento, pan incierto.
Podemos gritar con tesón, si, podemos.
Autora: María Cruz Pérez Moreno