Me da siempre más
Acabada la triste espera,
no hay miradas traviesas,
no busco tu ansiada presencia,
se ha ido la vil lucha, la ceguera.
Es posible que en largos años
engañada creyera que aún te amo,
todo espejismo, todo en el olvido,
tengo el verdadero amor conmigo.
Que le veo todos los días al despertar.
Que me da su sonrisa y gran paz.
Que en las largas noches de ansias
agotadas al amar, me da siempre más.
Autora: María Cruz Pérez Moreno