Me voy con el sueño

Jamás comprenderéis mis regias palabras
de chiquilla infeliz, muy cansada, agotada.
Pienso en los días que por vivir me quedan,
y tengo miedo, si, miedo al presente y al futuro.

¿Dónde ir? ¿Qué voy a encontrar? ¿Dónde estaré?
Es como caminar sobre una débil maroma
con los ojos cerrados, sin saber donde esta la meta,
que me espera al final del largo y tenebroso recorrido.

Encontraré soluciones exageradas y anheladas.
No caeré sin remisión en el olvido, sin poesía.
Toparé con el fin deseado, querido, esperado.
Terminará mi infortunio, el miedo a lo desconocido.

Necesito el encuentro con un mundo de amigos,
de confianza, de fantasía, de vida, de amor sin súplicas.
¿Existe el mundo feliz? ¿Dónde esta? ¿Es largo el camino?
¿Es una ilusión, una quimera, una esperanza sin trabas?

No entiendo este devenir de sentimientos miles
que me aprisionan, no me dejan descansar, me oprimen.
Me voy con el ensueño para dejar atrás el vacío,
el laberinto eterno de dudas en mi triste vereda.

Me escondo en el dormir y recupero los sueños felices, mi niñez.
Alejo los amargos recuerdos no apagados por el paso del tiempo,
mi silencio, y duermo y descanso, sigo en el sueño
de los años felices de mi alegre y divertida infancia blanca.

No despierto… no quiero, no puedo. No despierto…