VALDELACASA

El mar, los caballos y el amor


Sentada a la orilla del mar
embravecido por tu osadía
rememoro nuestras idas
al confin de las caricias. 
 
Agua clara, olas embrujadas
y la calma de la espera llega
con tu ansiada vuelta,
estás en la vereda, eres mi estela. 
 
Vuelvo al mar y su canto, 
al ensueño de tu regreso, 
que te amo, te espero y te deseo, 
vas siempre en mi pensamiento. 
 
Veo la arena impoluta marcada
por bellos caballos blancos galopando, 
como mi corazón con tus abrazos
que queda desbocado, gozoso y enamorado. 
 
Son blancos de inocente mirar
como tus ojos en los míos. 
Son veloces en el trotar
como tu andar sin desvíos.
 
Y me voy alejando despacio 
sin decir adiós ni al mar ni a los caballos, 
sólo un efímero hasta luego 
porque he de volver a pasear
enlazada a tu cintura 
sin dejarles de mirar.
 
María Cruz Pérez Moreno. - acnamalaS 
Derechos reservados. 
Madrid. España. 

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